Soledades habitadas (Noé Baranda, 2004)
Noé Baranda y su fiel intimismo
Ángel Antonio Rodríguez
Quizás haya sido esta exposición la que más ha sorprendido al jurado de ALNorte04 tras su resolución final. Porque las fotografías de Noé Baranda, colgadas ya en la sala, son mucho más que Soledades habitadas, una serie fotográfica de sentido narrativo y saludables intenciones técnicas que ha terminado elevándose como un conjunto fotográfico de gran altura, tanto plástica como temáticamente. No en vano, las obras de Baranda hablan de un «paisaje vivido», como él mismo escribía en su proyecto. De la vida de una tierra que «parece haberse cansado de vivir». Hermosas fotografías, cuidadosamente impresas sobre soporte de aluminio para fundir pasado, presente y futuro, que hablan también de recuerdos de la muerte y de la «finitud de las cosas».
Noé Baranda, en íntima fidelidad con la voz de su obra, ha dado una lección de buen hacer y capacidad para impregnarnos de ausencias repletas de presencias, de visiones de lo local que él no quiere olvidar, de esos «gritos sordos» que este novel artista asturiano ha sabido captar magistralmente.