Presentación de Subversivas, homenaje a Benjamín Rodríguez; y del proyecto expositivo Proletario. Orgullo de clase (2019)

La conferencia de Isabel Cuadrado, Blanca Prendes, Chus Cortina, Maite Centol, Virginia López y Benjamín Menéndez titulada Presentación de Subversivas, homenaje a Benjamín Rodríguez (Orson San Pedro); y del proyecto expositivo Proletario. Orgullo de clase (8 de octubre de 2019) formó parte de la Jornada Temática de la edición AlNorte 2019.

Los audiovisuales que Chus Cortina (Oviedo, 1971) viene realizando en la última década conjugan elementos autobiográficos con problemáticas generacionales y mensajes acerca del presente-futuro de los artistas contemporáneos. Bajo propósitos siempre performativos y el estudio de técnicas expresivas actorales y cinematográficas configura acciones procesuales con soporte de vídeo que emplean, como punto de partida, ideas extraídas de la filosofía, la religión o la metafísica, configurando sus propias historias y haciendo de las acciones una experiencia estética.

Esa línea actual del trabajo de Chus Cortina, artista multidisciplinar formado inicialmente en el campo de la obra gráfica, con varios reconocimientos en la Muestra de Artes Plásticas del Principado, arrancó en la Beca AlNorte 2009, que bajo el título Génesis 28012 se expuso en la galería gijonesa Espacio Líquido donde exploraba la contraposición entre el éxito y el fracaso mediante peligrosas escenas protagonizadas por él mismo donde descendía escaleras de espacios emblemáticos relacionados con sus propias experiencias vitales. Si el ascenso es metáfora de acercamiento a dioses o espíritus elevados, la caída era una alegoría del fracaso, como un Prometeo condenado eternamente a repetir una y otra vez la misma acción, dolorosa y violenta, aprendiendo de alguna manera a sufrir derrotas y aprender del dolor. La obra, lúcida y lúdica como pocas, obtuvo otros reconocimientos internacionales y festivales como SOS (Murcia, 2009) o Inéditos 2012 (La Casa Encendida, Madrid), convirtiéndose en un work in progress que ha evolucionado hacia otros proyectos como los que presentamos en esta exposición.

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Maite Centol (Logroño, 1963) es una artista española. Residente en Gijón, donde desarrolla su actividad como artista. La crítica la define como uno de los mayores adalides del arte contemporáneo asturiano por obras como Geografía sonora, expuesta en 2009. Estudió en la Escuela de Artes de Oviedo en la especialidad de Diseño Gráfico. En ese mismo centro, realizó su primera exposición individual en 1987.

Seleccionada en varias muestras regionales de artes plásticas, expuso individualmente en Asturias, Zúrich y Mánchester, participando en colectivas dentro y fuera de España.

Maite Centol recibió una Beca AlNorte 2006 por su proyecto Pero yo soy optimista, que expuso en la galería gijonesa Espacio Líquido. Reivindicaba la pintura como arte “vivo” empleando también las nuevas tecnologías, para constatar que las disciplinas son complementarias y lo importante es la calidad, asumiendo las paredes como un mural que intervenía en diferentes soportes (transfer, vinilo, acrílico, cintas de colores…) a partir de un grupo de cuadros en pequeño formato de su conocida serie “Base para días alegres”, en un interesante diario de planteamientos minimalistas y conceptuales. Desde 1992 ha impulsado movimientos asociativos (recientemente “Vitrina” y “Fachada” en Gijón) y realizado numerosas exposiciones en salas institucionales y galerías de Asturias y La Rioja, Valencia, Chile, Suecia o México.

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Benjamín Menéndez es pintor, escultor, enseñante…, y sobre todas las cosas, un reconstructor tenaz del mosaico de la memoria, a través de los materiales de que aquélla está hecha. Esos materiales son los verdaderos protagonistas de su trabajo, más allá de la forma en que se materializan: la tierra, a través del trabajo cerámico; los minerales, por obra y gracia de su transformación industrial; y hasta los sueños, los deseos y las sensaciones canalizados por los caminos del color y la textura, mediante la pintura. Todos esos materiales desbordan con su fuerza las formas en que se concretan, y hablan, en último extremo, de la simbiosis, drástica y sostenida, de la experiencia humana con el entorno donde dicha experiencia se desenvuelve. En la verdad de esa simbiosis reside finalmente la verosimilitud de las obras, aparentemente tan diversas y dispares, de este artista.

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