La cultura digital ¿una apertura libertaria o la tiranía spam? (Javier Fuentes Feo, 2009)

Javier Fuentes Feo

La conferencia de Javier Fuentes Feo titulada La cultura digital ¿una apertura libertaria o la tiranía spam? (14 de diciembre de 2009) formó parte de la Jornada Temática Cultura digital y convergencias mediáticas de la edición AlNorte 2009.

Javier Fuentes Feo (Santa Cruz de la Palma, Tenerife, 1976) es comisario de exposiciones artísticas e investigador docente. Es licenciado en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid. Se destaca de su trayectoria profesional la publicación de ejemplares y artículos que versan sobre sus inquietudes investigadoras: el arte contemporáneo, la teoría del arte y el análisis cultural.

ENTREVISTA

– ¿En el mundo del arte hay personas e instituciones empeñadas en plantear miradas excesivamente dogmáticas?

Basta con echar un vistazo al ámbito de la política, de la economía o del nefasto espectáculo televisivo que hoy en día se nos impone. Diría incluso que, en muchas ocasiones, allí donde se afirman supuestas posturas antidogmáticas se esconde un dogmatismo encubierto que yo, personalmente, puedo llegar a temer más que el dogmatismo explícito. Por ejemplo, durante la posmodernidad se proclamó una supuesta libertad generalizada que en realidad sirvió para incrementar los sistemas de control policial y la videovigilancia; por no hablar de una clara despolitización ciudadana de consecuencias aún incalculables. Para mí esto también arrastra un tipo de dogmatismo que se camufla bajo el manto de la tolerancia y del antidogmatismo.

– ¿Qué opinas de los centros de arte españoles dedicados a las últimas tendencias?

Es complicado hablar de ‘centros’ en sentido genérico y tampoco tengo muy claro qué son ‘últimas tendencias’. En realidad, es un pseudo-concepto que me molesta. Me parece que quizá puede resultarle útil a todos aquellos que están preocupados por las cosas de la moda y por la cultura del consumo compulsivo que lleva colonizando el mundo más de cinco décadas. Pero a mí personalmente no me interesa, y mucho menos cuando se adscribe al pensamiento crítico, al análisis cultural o al mundo del arte. ‘Últimas tendencias’ es para mí una adaptación banal y de corte posmoderno del antiguo concepto de ‘Vanguardia pero depurando cualquier trasfondo político.

– Entendiendo la ‘convergencia cultural’ como un proceso de intersecciones entre sistemas mediáticos, ¿hay ámbitos donde esto es claramente beneficioso?

Quién podría negarlo. En muchísimos ámbitos esto supone un cambio extraordinario. Uno de los ejemplos más claros es el ámbito cinematográfico, donde los procesos de grabación digital, montaje y distribución se han visto claramente beneficiados por el desarrollo de la convergencia cultural. Por no hablar de la promoción de las pequeñas producciones a través de la red. Todo esto asociado a ciertos modelos de información compartida (‘copyleft’ y ‘creative commons’) ha supuesto una posibilidad de apertura extraordinaria. En estos casos es indudable el valor de su instauración.

– ¿Qué pesa más en nuestros días, el arte o el espectáculo?

Depende. En un sentido genérico (social) me temo que es el espectáculo lo que más pesa, porque no es otra cosa que la forma contemporánea del capitalismo que está instaurado a nivel planetario: formas de ver, compartir, mirar, intercambiar o erotizar la realidad. Si nos referimos al mundo del arte, no tiene sentido responder qué pesa más, pues supondría aceptar la legitimidad de ciertas propuestas para ser debatidas, cuando en realidad deberían pasar simplemente desapercibidas. Quiero decir que si son espectáculo puedo tratar de analizarlas desde un punto de vista económico, sociológico, político o mediático, pero no artístico.

– ¿Cómo conviven las nuevas tecnologías y las artes plásticas tradicionales?

Numerosos artistas trabajan con nuevas tecnologías y las ponen en conexión con las artes plásticas tradicionales. Esto no quiere decir que el resultado sea adecuado, válido o interesante. En unas ocasiones lo es y en otras no. Si hay algo que me resulta triste, por no decir vergonzoso, es ver artistas plásticos que han trabajado siempre con la pintura o la escultura y de repente hacen uso de medios tecnológicos para tratar de ‘actualizar’ su discurso. No porque lo necesitan, sino porque de lo contrario se sienten excluidos. Creo que de ese modo se convierten en comparsas torpes de la comba de los tiempos. El temor a no ser actual es una de las formas más duras del dogmatismo contemporáneo.


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