Acción efímera: Yo inspector de alcantarillas (Domingo Sánchez Blanco, 2009)

Domingo Sánchez Blanco (2009)

La conferencia de Domingo Sánchez Blanco titulada Acción efímera: Yo inspector de alcantarillas (16 de diciembre de 2009) formó parte de la Jornada Temática Cultura digital y convergencias mediáticas de la edición AlNorte 2009.

Nace en Salamanca en 1955. Domingo Sánchez Blanco es un artista multidisciplinar, aunque centra su creación en el campo de las actuaciones y performances.

Resumen de la conferencia

Domingo Sánchez rinde homenaje a su padre con una acción «de amor» y banquete de oricios, P. Merayo / L. A. R

Domingo Sánchez, experto en trabajar con lenguajes, métodos, imágenes, caminos y sueños, que confiesa que «experimentar siempre es aburrido» también aporta a su obra un sentido lúdico. Incluso para rendir homenaje a un ser que se ha ido. Ayer, para tributar recuerdo a su padre recientemente fallecido, el artista, conocido por sus cientos de performances («que ya son pasado»), envió a la también creadora Maite Centol, ayer su «conseguidora», a comprar oricios ya entrada la noche en la ciudad. Con ellos en la sala de conferencias del Antiguo Instituto, Domingo se quitó la camisa, se caló un casco de espeleólogo y un abrigo de foca, tomó la silla que le medio escondía tras la mesa de conferenciante, la colocó al mismo nivel que sus espectadores y ya sentado en ella sacó una bolsa llena de corbatas, todas de su progenitor, e inició un acto de amor, «que no de provocación». Consistió el tributo en convertir las prendas en banderas de un recuerdo. «En el fondo es lo que son las corbatas, pequeños jirones de banderas». Primero las repartió entre quienes le escuchaban, al principio algo atónitos, y después pidió que volvieran todas a su cuello. Mientras el proceso seguía su curso, todos degustaban el manjar marino. En la sala pronto hubo tantas cucharas, corbatas y cervezas (que también hubo convite de bebida) como teoría del arte. Y eso que Domingo Sánchez no quería hablar.

«Yo soy un artista no se hablar, puedo contestar a cuanto me pregunten, pero no he venido aquí a dar una conferencia», dijo a los cinco minutos de tomar posiciones. Dispuesto a responder a cuantas curiosidades le fueran planteadas tuvo que guiar su propio camino solo, porque de la platea no salían interrogantes. Bueno, sí, uno de la también artista Mabel Lavandera, interesada en saber por qué su cita de ayer en AlNorte se presentaba bajo el título ‘Yo, inspector de alcantarillas’. «En realidad, no lo sé», dijo el invitado. «Creo que mis acciones se adentran en cierto modo por las alcantarillas y con el tiempo creo que he logrado un grado, de ahí lo de inspector», aclaró finalmente.

ENTREVISTA

– El taller ‘Convergencia Cultural’ tiene varias singularidades: su autoría múltiple, su proceso previo en la red a través del blog, su libertad de acción… ¿alguna conclusión anticipada?

La liberación del taller está contemplada a través de tres criterios básicos: ‘en red’, ‘blogger’, y ‘a toda pastilla’. No se puede confundir con la planificación; yo no he planificado nada, excepto aventurarme a dejarme arrastrar. Si sale con barbas, San Antón, y si no, la Purísima Concepción.

– ¿Qué relación tiene este proyecto con tu trayectoria previa?

La energía, que es mucha, y el sentido del humor.

– Resuma públicamente la aventura.

Vigilante de la playa. Yo soy inspector de alcantarillas.

¿La ‘convergencia cultural’ es un hecho,  ¿los artistas están obligados a abordarla con una mirada abierta pero crítica?

No hay duda. Así lo estamos haciendo. El que quiera estar, por ejemplo, en la pintura, ahí debe estar. Los medios no son el paradigma. Las miradas se hacen desde la torre. Yo, en realidad, soy un artista antiguo. No tengo aire acondicionado y paso el río por el puente. Pero me gusta este proyecto. Y también el ‘iPod’.

– ¿Qué implicaciones advierte Domingo Sánchez Blanco entre la cultural digital y los llamados ‘centros de arte contemporáneo’?

Tanto la cultura como el arte son un mundo abierto a todo. Y en el arte, como en la cultura, sólo hay una cultura: la buena. Es una incógnita; es preciso verlo todo con cierta distancia. Si el trabajo es bueno, sobrevive, envejece bien y sirve para que la sociedad lo utilice y le saquemos partido.

– Se mueve siempre en el ámbito de la ‘hibridación’ pero, ¿hay algún campo dónde se sienta especialmente cómodo?

Debajo de cada piedra hay una obra de arte por hacer. Si conoces el día a día, y te preocupas por seguir haciéndolo, nunca te faltará de nada. Aunque la gente piensa que yo he tocado miles de temas, la realidad de mi insistencia (o mi pesadez) es siempre la misma: pura curiosidad.


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