Performing the scenography (AGGTELEK, 2008)

Performing the scenography, de Aggtelek, se presentó en AlNorte 2008. Galería Espacio Líquido (Gijón), 12 de diciembre de 2008-7 de enero de 2009.

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Primer ensayo escultórico
Alex Brahim

Probablemente el trabajo de Aggtelek, en síntesis, pueda corresponder metafóricamente a la dialéctica entre la escritura gráfica y las resonancias fonéticas de su propio nombre. Concreto, sintético, visualmente impactante, digerible pero no exento de fricción, y a su vez altamente evocador de referencias más bien subjetivas, aquellas que un vocablo húngaro -el nombre de un pueblo- y prácticamente desconocido podría suscitar en cualquier lector o espectador. Arte, televisión, telequinesis, proyecciones especulativas de orden digitalista o sci-fi y una sensación de nudo fonético en la garganta. Muchos posibles en un sólo contenedor compacto. Lo potencial como lo determinado.

Lo cierto es que el trabajo de Xandro Vallés y Gemma Perales, establece un vaivén productivo, improductivo, sensorial y estético tan tangible como inmaterial, tan vanguardista –si cabe hoy día usar el término- como tradicional en sus elementos y básicamente artesano en su factura, tan preciso en sus rasgos como especulativo en los múltiples rastros de los que se nutre y a los que hace referencia. [+]

Su obra se desarrolla a partir de acciones en las que los artistas interactúan con el espacio y los materiales, construyendo, destruyendo y volviendo a construir sobre la marcha esculturas, personajes, objetos y el escenario mismo, utilizando sobre todo cajas de cartón, celos y pintura. Arquitecturas, monumentos y habitantes efímeros en perpetua sinapsis son registrados en vídeo, mientras sus autores juegan con ellos alternando sutileza y violencia, atención y descontrol, pruebas de resistencia y saltos al vacío de la evasión, haciendo del movimiento la única constante en un trabajo de investigación supremamente personal y que abarca performance y artes escénicas, producción objetual y escenográfica. Sus relatos, en clave contemporánea y con un claro referente al cine mudo, hacen guiños a corrientes artísticas tan dispares como el povera, el accionismo o el pop. En medio de este devenir de situaciones videografiadas, en las que el registro del proceso es más producto que documento, surgen esculturas, fotografías, pinturas, ensamblajes e instalaciones como productos derivados, nodos de anclaje de su continuo devenir de creación viva, relatada en clave de lúdica conceptual.

Partiendo de una estética de la acumulación a la que alternan con procesos de limpieza, Aggtelek desarrolla un modelo de trabajo propio, estructurando ciclos de vida y muerte, edificación y demolición, haciendo de su corpus multidisciplinar una proyección expandida de mecanismos contaminados. Mecanismos en la medida que su obra no distingue de procesos y productos, sino más bien se plantea como un continuum; contaminados pues más allá del desarrollo de piezas en determinados soportes, en Aggtelek no hay lugar parcelario para diferenciar disciplinas, sino más bien se abre el espacio para que todas ellas colinden, se fusionen, interactúen, se superpongan o, como ya alguien dijera, explosionen. De ahí la elocuente carga de nominaciones fracturadas que reciben algunos de sus proyectos: Cartoonformance, Boxplot, Lightfall Post-collage; su carácter proactivo: Sculpturing the performance, Performing the sculpture, Let’s perform everything, Performing the Scenography, o su orden descriptivo de algo tan acotado como temporalmente secuenciado: Ensayo escultórico número tal o cual, o Polymorphous Row – Ephemeral Playground, por ejemplo.

Es dicha explosión, o expansión, la que da cabida a un orden estético-ideológico alterno y variable, donde la diversidad de diálogos, proyecciones e interrelaciones es compacta y a su vez infinita, y abre paso a tres niveles dialécticos, según el punto de vista: la lectura exterior del espectador sobre el todo obra, ya evocador en sí de heterogéneas narrativas y códigos plásticos; la relación de los artistas (entendidos como parte de la obra pero ahora separados del conjunto) con el proceso, aún desde la mirada del espectador, y la vinculación –inevitable- del propio yo de los autores entre ellos y con relación a su proceso, de la cual hacen pública expresión en la formulación de su trabajo. Tales niveles han sido además re-expandidos por Aggtelek concretamente a partir de Performing the Scenography, con la aparición de personajes de una realidad paralela, seres que cobran vida de entre las cajas durante la ausencia de los artistas para tener su propia vivencia, de carácter más bien narrativo. Igualmente, en sus más recientes piezas, como el 2º. Ensayo escultórico, el vínculo personal de los autores se ve hiperbolizado cuando acceden al interior de los habitáculos, entrando en un tempo más lento –el tiempo real, en el que son ellos mismos- para ejecutar pequeñas acciones gestuales con materiales y fluidos corporales, en un guiño a la noción tradicional de performance artística.

En ese enclave multinivel convergen pues, una pasión por el cositerismo y el detalle, la vertiginosa necesidad de alternar sucesos, y la búsqueda desprejuiciada de profusión, abriendo un escenario de límites difusos que da cabida por igual a lo escultórico, la gestión escenográfica, la performance, la pintura, el graffiti, el dibujo y el trabajo textual, periódicamente inyectados con un aire de videodanza y teatralidad y, más recientemente, con experimentos en narrativa e hiper-texto audiovisual.

Es en los albores y alrededores de ese todo conjunto que Aggtelek, artistas y androides, y su obra, se des-re-configuran, vinculándose indisolublemente con las herramientas, materiales, gestos y acciones en el eje que constituye la línea de tiempo. Es esa sobre-des-re-composición y sobre-des-re-estructuración, la de hacer y deshacer sin un aparente principio ni fin, el punto de partida de su ciclo creativo, en el que los artistas se profesan entes orgánicos que se reelaboran, como sus piezas, en círculos concéntricos, más bien espirales, que avanzan cronológicamente infectos de una actitud vigorosa y reflexiva, presuntamente caótica pero medida y razonablemente estructurada, haciendo de la regeneración del residuo la materia prima del génesis.

Ese deleite abarcativo y procesual que cimienta su propuesta, a la vez que rinde testimonio de una relación vitalista con la producción artística, ha permitido a Aggtelek una originalidad diferencial que apropia y relee con honestidad natural toda suerte de referentes explícitos, tanto exógenos como propiamente artísticos. “It isn’t the materials that are important, it is the attitude”, citan a Alighiero Boetti en la apertura del 2º Ensayo escultórico. Es con su actitud, precisamente, que Aggtelek evidencian cómo tomar en serio el oficio autorial no ha de reñir con un abordaje lúdico; ese que permite al artista -y al espectador- el disfrute como prioridad formal en una jerarquía ideológica basada, de fondo, en el compromiso. Es esa actitud también la que constituye la impronta de Aggtelek, su particular ética estética, en sus procesos de combate para jugar a la batalla del arte.

Una instalación-environment donde se expande una atmósfera de aspecto escultórico, utilizando los mismos materiales que se visualizarán en un vídeo proyectado simultáneamente en el espacio expositivo. El montaje, donde la construcción y la destrucción tendrán un papel relevante, ofrecerá constante cambio de escenografías, tomando como puesta en escena alusiones a otros artistas, referencias literarias o cinematográficas, arquitecturas, monumentos y habitantes efímeros.